La Expedición por la Lectura
Comencé en un antiguo cementerio
indio en donde escarbé con mis manos rocas, hasta poder enterrar a mi hijo
muerto de dos años, con la esperanza y la locura de que volviera a estar en mis
brazos al costé que fuera (Cementerio de Animales, Stephen King). El inicio fue
aterrador y oscuro, pero liberador, pero solo fue el comienzo de una travesía
inimaginable. Desde ese momento he recorrido lugares inalcanzables. He paseado
por la antigua Escocia junto a valientes Highlander. He degustado los platos
más exquisitos en la esplendorosa Italia. He meditado en un ashram en la
mística India. Presencié la colonización de los ingleses en África y la mutilación
de las tribus por sus creencias o costumbres. Me he interiorizado de la cultura
musulmana y japonesa. (Las Vírgenes del Paraíso Barbara Wood, El Abanico de
Seda, Lisa See). He visitado las Pirámides de Egipto desentrañando misterios
ocultos (La Estrella de San Pedro, Manuel Iturriaga), entre muchos otros
lugares. Pero el viaje no ha sido solo geográfico. Me he enamorado muchas veces
(que boba son personajes ficticios), y lo más extraño la diversidad de los
hombres que evocaron mi atención. Un vampiro, un ángel, un luchador, un
multimillonario, un escoses (Forastera, Diana Gabaldon), un profesor, un
policía, un bombero, un rey.
El viaje también ha sido interno
a través de un sin fin de emociones: la alegría, el miedo, la locura, la
esperanza, la lujuria (Pídeme lo que quieras, Megan Maxwell), la tristeza, el
dolor, la risa, uf y muchas más.
He atravesado puertas hacia otros
tiempos y he estado en el pasado, presente y futuro ( 1984, George Orwell).
El encierro puede ser devastador,
pero lo he vivido en el interior de hoteles, autos, trenes (Agua para
Elefantes, Sara Gruen), casas, túneles, cárceles, granjas.
Y la travesía no termina ahí he
caminado junto a Elfos, Hobbit, magos, duendes, animales, gigantes.
He corrido por mi vida, he matado
para sobrevivir (Los Juegos de Hambre, Suzanne Collins) , he abrazado por amor
y luchado por mis convicciones.
El viaje ha sido largo, intenso,
profundo, pero emancipador. Y claro es solo el comienzo, voy por más. ¿Qué
esperas para iniciar esta travesía?
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